Las calles no duermen.
Encienden sus ojos y se desgreñan
como locas vigilantes.
Disfrutan el silencio que dejan
los que al fin se murieron.
Gritan también a veces, las calles.
Se tragan el mugre y el polvo
y refrescan sus gargantas con la lluvia.
Con su susurro musical
acompañado por el viento,
se proclaman soberanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradezco sus comentarios