TRANSFORMACIONES

miércoles, 20 de agosto de 2008

Cárcel

Ahora es difícil desnudarse en la cárcel
sus barrotes sólo admiten
la elegancia y la mentira.
Haría falta traspasar los muros
y enredarse en el monte
para que su olor nos reviva.
Haría falta que las mariposas
inundaran de colores el ambiente fúnebre
para sentirnos despiertos.
Haría falta que las melodías
sembraran tristeza entre los ladrillos
y que los perros murieran
para poder estar tranquilos.

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