Y la alegría es una pobre muertecita
enterrada bajo un bosque tenebroso,
es una niña que se quedó atrás
porque dejaron de darle la mano
y siguió mirando la carrera
sentada en una piedra
esperando el atardecer...
Y llegó el atardecer con la señora muerte
A decirle adiós con sus manitos.
Allí enterrada
sólo regresa borrosa
cuando la recuerdo
cantando.
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