Estamos desubicadas.
En vez de cumplir con nuestro deber
nos largamos a correr detrás de las palomas
para que enciendan con sus alas
el cielo lúgubre.
Escapamos de la cárcel
a arrancar las flores más hermosas
de los jardines custodiados,
las horas mueren desesperadas
mientras nosotras sentadas en el piso
nos dedicamos a darle vida a tus juguetes.
Estamos desubicadas pero somos felices.
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