Un sitio en donde solo se escucha mi voz, se ven los huesos y venas brotadas, los ojos cansados, la boca reseca, los pies maltratados, la cabeza que pica, el sueño eterno y la liviandad. Las manos que se entrelazan con si mismas, la boca que no besa, los brazos que bailan-castigan, en vez de abrazar. Una luz que se apaga para poder dormir.
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